Los ingleses las llaman Roasted Potatoes (patatas asadas) y dicen que son la mejor forma de cocinar unas patatas, y desde luego no se equivocan. Las patatas asadas al horno son fáciles, rápidas y muy baratas, ya que tan sólo necesitaremos unos pocos ingredientes.
Una receta que está al alcance de todos nuestros lectores, tanto de los expertos en artes culinarias, como los aficionados que se adentran por primera vez en el mundo de los fogones. La guarnición perfecta para acompañar nuestros platos de carne o de pescado y sorprender a nuestros comensales con una receta muy sencilla.
Lo primero de todo será pelar y lavar tus patatas, que deberás introducir en una cazuela con agua y un poco de sal, dejando que se calienten durante unos cinco o diez minutos aproximadamente. A continuación, deberás cortar las patatas con cuidado para no quemarte y colocarlas sobre una fuente con abundante aceite, que se empapen bien. Añade también pimienta, albahaca, orégano, hiervas provinciales o las especies que más te gusten para dar un toque especial.
Mientras preparas todo esto, deberás ir precalentando el horno a unos 180 grados. A continuación, introduce las patatas en el horno y espera alrededor de unos 30 minutos o una hora aproximadamente, hasta que consigan ese toque dorado y crujiente. Vigila que no se quemen las patatas y muévelas cada cierto tiempo para que todas ellas adquieran el color deseado.
Como te habíamos prometido se trata de una receta muy sencilla y con la que siempre quedamos bien ante nuestros invitados. El acompañamiento perfecto para nuestros platos. Aunque aquí no termina nuestra receta de hoy, ya que puedes experimentar y añadir o sustituir todos los ingredientes que desees, en función de las preferencias culinarias de nuestros invitados. Salsa picante, unas gotitas de limón, perejil… Las posibilidades son muchas y muy diferentes, así que atrévete a inovar.